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Trump admite que su guerra arancelaria provocará “problemas de transición” | Internacional

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Donald Trump se dio este jueves un baño de ministros. Las reuniones de su Gabinete se han convertido en una especie de competición entre los miembros de los diferentes departamentos y agencias no tanto por vender sus logros como ver quién elogia más, algunos sin pudor, al propio presidente, que recientemente usó una frase muy expresiva y algo grosera para los líderes extranjeros con esa actitud. Tras haber tenido que ceder a la presión de los mercados y decretar una tregua parcial en la guerra comercial, no hubo ni una palabra de autocrítica ―ni siquiera por parte de un gris Elon Musk― en una reunión de Gabinete en la que se notaba a todos un poco apagados. Trump sí hizo una pequeña cesión al admitir que “habrá problemas de transición”.Tras la efímera euforia del miércoles, las Bolsas estadounidenses amanecieron este jueves con fuertes pérdidas. “Estamos en muy buena forma. Creemos que lo estamos haciendo muy bien de nuevo”, decía Trump al final de la reunión mientras Wall Street se desplomaba. Y cuando los periodistas le preguntaron al presidente por esa caída, se excusó diciendo que llevaba mucho tiempo reunido y que no había podido ver qué estaba pasando.La incertidumbre y los aranceles siguen lastrando la economía y el patinazo de Trump ha dejado claro que no hay una estrategia coherente. La rectificación parcial no ha alejado las preocupaciones del mercado, pero de nada de eso se habló en la reunión del Gabinete. “Estamos muy contentos con la forma en que va el país. Estamos intentando que el mundo nos trate de forma justa”, dijo Trump al principio de la reunión, en la que no mostró pesar alguno por haberse visto obligado a rectificar una de sus medidas estrella. “Ayer fue un gran día”, aseguró, tratando de convertir en triunfo su derrota.Los mismos que habían negado una y otra vez su disposición a negociar, abrazaban el nuevo dogma, empezando por Trump. “Tenemos a Scott aquí y a Howard y a algunas de las personas que están trabajando en los acuerdos, y el mayor problema que tienen es que no tienen suficiente tiempo en el día. Todo el mundo quiere venir y hacer un trato. Y estamos trabajando con muchos países diferentes, y todo va a salir muy bien. Creo que va a salir muy, muy bien”, dijo el presidente, mencionando a su secretario del Tesoro, Scott Bessent, y al de Comercio, Howard Lutnick, que le acompañaron en el momento de rendirse a la presión de los inversores en el mercado de bonos.El presidente de Estados Unidos celebró que la Unión Europea hubiera suspendido por 90 días la aplicación de sus primeras medidas de represalia, dando a entender que habían aprendido del escarmiento que había dado a China por las suyas.Un 145% para ChinaUn síntoma más de lo errático de la política comercial estadounidense es que Trump anunció que llevaba el arancel sobre los productos chinos hasta un total del 125%, pero luego resultó que a esa tasa había que sumarle aún el 20% con que el presidente castigó al país asiático con la excusa del fentanilo. El decreto que regulaba el nuevo gravamen no se hizo público hasta muchas horas después de su entrada en vigor, en otra señal más del desbarajuste y caos reinante.En las preguntas de periodistas hacia el final de la reunión, Trump dijo que creía que los primeros acuerdos estaban “muy cerca” y se mostró optimista sobre la posibilidad de que China acabe sentándose a la mesa. Sobre las restricciones adicionales impuestas por Pekín al cine estadounidense en represalia por los aranceles, Trump bromeó: “Creo que podría haber cosas peores”.El presidente solo hizo una pequeña concesión a las dificultades. “Habrá un coste de transición y problemas de transición”, dijo, “pero al final, va a ser, va a ser algo hermoso. Estamos haciendo de nuevo lo que deberíamos haber hecho hace muchos años. Dejamos que se nos fuera de las manos y permitimos que algunos países se hicieran muy grandes y ricos a nuestra costa, y eso no va a pasar. No podemos permitir que eso suceda. No es una fórmula sostenible”.En su momento también admitió que los aranceles provocarían algo de “dolor” a las familias. Este jueves, sin embargo, estaba algo crecido por la caída de los precios de marzo, cuando solo una pequeña parte de los aranceles estaba en vigor. La inflación bajó al 2,4%, el mínimo en cuatro años junto con el dato de septiembre pasado. Además, la Cámara de Representantes aprobó este jueves un plan presupuestario que allana el camino a las rebajas de impuestos.Durante las preguntas posteriores a la reunión de Gabinete, también indicó su disposición a ser “flexible” en las exenciones del régimen arancelario para empresas o países, incluido el mínimo del 10% que ha establecido para todos los socios comerciales.Durante toda la reunión, hubo coincidencia en dos cosas: elogiar a Trump y culpar a Joe Biden. El propio presidente culpó a su antecesor del déficit comercial récord de 1,2 billones de dólares que experimentó Estados Unidos el año pasado, aunque las importaciones se aceleraron especialmente a final de año ante el temor a los aranceles.Para encontrar críticas a Trump hay que salir de la sala del Ala Oeste de la Casa Blanca, donde se reúne con su Gabinete. Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Joe Biden, declaró en una entrevista con la cadena CNN que los recientes aranceles de Trump son “la peor herida autoinfligida que una Administración inflige a una economía que funciona bien”. Estados Unidos, dijo, “tenía una economía que funcionaba muy bien y el presidente Trump le ha dado un golpe demoledor”.


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